¿Qué causa el estrés?
El estrés generalmente se refiere a dos cosas: la percepción psicológica de la presión, por un lado y la respuesta del cuerpo a ella, por el otro, que implica a múltiples sistemas, desde el metabolismo hasta los músculos y la memoria.
Todos los sistemas vivos requieren de estrés en cierta medida; es el medio por el cual encuentran los desafíos e incertidumbres de la existencia y responden a ellos. La percepción de peligro desencadena un sistema de respuesta automática, conocido como la respuesta de lucha o escape, que, activado a través de señales hormonales, prepara a un animal para hacer frente a una amenaza o para huir de ella.
Un evento estresante, ya sea un fenómeno externo como la repentina aparición de una serpiente en el camino o una respuesta interna, como el miedo a perder el trabajo cuando el jefe grita, desencadena una cascada de hormonas, incluidas adrenalina y cortisol, que se dispersan a través de la todo el cuerpo. Estas hormonas aumentan los latidos y la circulación de la sangre para apoyar la acción rápida, movilizar grasa y azúcar para proporcionar energía inmediata, centrar la atención para rastrear el peligro, preparar los músculos para el movimiento y más.
Gracias a su capacidad de salvar la vida, la respuesta de estrés estaba destinada a resolver problemas a corto plazo, que ponen en peligro la vida, no dificultades extendidas como el tráfico diario o problemas matrimoniales. Generalmente toma algún tiempo que el cuerpo se calme después de que se ha activado la respuesta de estrés. La excitación prolongada o repetida de la respuesta de estrés, una característica de la vida moderna, puede tener consecuencias físicas y psicológicas perjudiciales, como enfermedades cardíacas, diabetes,ansiedad y depresión.
Cómo controlar el estrés
Hay pasos tanto físicos como psicológicos que podemos tomar para mitigar la respuesta de estrés.
Las estrategias para reducir el estrés incluyen meditación, yoga y actividad física extenuante. Apoyarse en seres queridos también puede aliviar el estrés, pero en casos más graves, ver a un profesional de salud mental puede ser mejor.
Dado que la respuesta al estrés comienza en el cerebro con la percepción del peligro o lo desconocido, los investigadores ahora creen que la forma más básica, y probablemente más eficaz, de difuminar el estrés es cambiar la percepción de ciertas situaciones para que no se vean como estresantes en primer lugar.
Los estudios muestran que ayudar a las personas a ver ciertas experiencias, como los exámenes finales, como exigentes en lugar de nefastos protege a las personas de los efectos corrosivos del estrés mientras siguen brindando sus efectos positivos, especialmente la atención enfocada y un más rápido procesamiento de información. Cambiar la mentalidad de estrés no solo minimiza los efectos del estrés sino que también mejora el rendimiento y la productividad, según muestran los estudios.
Habilidades de afrontamiento para el estrés
Las estrategias de afrontamiento, también conocidas como habilidades de afrontamiento, son los pasos que las personas dan para lidiar o compensar los efectos nocivos del estrés en sus vidas. Los psicólogos han identificado docenas de posibles estrategias de afrontamiento, que se pueden utilizar de forma aislada o en combinación entre sí.
Los comportamientos de afrontamiento pueden ser positivos, como buscar apoyo de sus seres queridos o tratar de ver al factor estresante desde una perspectiva positiva, o negativos, como automedicarse con drogas o lastimarse emocionalmente. Algunas estrategias de afrontamiento, como el humor, pueden ser adaptativas (es decir, usar el humor para vincularse con otras personas) o no adaptativas (usar el humor para evitar enfrentar emociones dolorosas), dependiendo del contexto.
Aunque hay muchas maneras de categorizar las estrategias de afrontamiento, generalmente se consideran como uno de dos tipos: centradas en el problema o centradas en las emociones. Las estrategias centradas en los problemas intentan abordar la causa del problema o modificar la situación principal; las estrategias centradas en las emociones, por el contrario, apuntan a sentimientos de angustia.
Si bien ambos tipos pueden ser eficaces, o pueden ser contraproducentes, muchas personas encuentran que una combinación de estrategias de afrontamiento centradas en el problema y centradas en las emociones es necesaria para lidiar con un acontecimiento estresante.