¿Qué es la depresión? 

“La llovizna gris del horror”, ese fue el memorable nombre que el autor William Styron le dio a la depresión. Este desorden del humor puede descender aparentemente de la nada o puede venir pisándole los talones a una derrota o una pérdida personal produciendo los sentimientos persistentes de tristeza, inutilidad, desesperanza o pesimismo y sentimientos de culpa e impotencia que caracterizan a la depresión. Este trastorno del estado de ánimo interfiere con la concentración, motivación y muchos otros aspectos del funcionamiento diario.

Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión es ahora la principal causa de discapacidad en todo el mundo. A nivel mundial, más de 300 millones de personas de todas las edades sufren de depresión. La depresión se presenta en muchas formas, desde una depresión mayor hasta la distimia y el trastorno afectivo estacional. Además, los episodios depresivos son características del trastorno bipolar.

La depresión es un trastorno complejo, que involucra muchos sistemas del cuerpo, incluido el sistema inmunológico, ya sea como causa o efecto. Interrumpe el sueño e interfiere con el apetito, en algunos casos, causando pérdida de peso, en otros, aumento de peso. Debido a su complejidad, ha sido difícil lograr una comprensión plena de la depresión. La depresión también suele ir acompañada de ansiedad. Las investigaciones indican que las dos condiciones no solamente coexisten, sino que se superponen en los patrones de vulnerabilidad genética.

Los científicos han encontrado algunas evidencias de que la susceptibilidad a la depresión también está relacionada con la dieta, tanto directamente, a través del consumo inadecuado de nutrientes como las grasas omega-3, e indirectamente, a través de la variedad de bacterias que pueblan el intestino. Por supuesto, la depresión involucra al estado de ánimo y los pensamientos además del cuerpo y causa dolor tanto para aquellos con el trastorno como para aquellos que se preocupan por ellos. Además la depresión es cada vez más común en niños.

Incluso en los casos más graves, la depresión es altamente tratable. La afección suele ser cíclica y el tratamiento temprano puede prevenir o interrumpir los episodios recurrentes. Muchos estudios muestran que el tratamiento más eficaz es la terapia cognitivo-conductual, que aborda los patrones de pensamiento problemáticos con o sin el uso de medicamentos antidepresivos. Además, cada vez surgen más evidencias de que la meditación consciente regular, por sí sola o combinada con terapia cognitiva, puede detener la depresión antes de que comience, ayudando a la mente a remover eficazmente la atención de los pensamientos negativos repetitivos que a menudo ponen en movimiento la espiral descendente del estado de ánimo.

Si desea obtener más información sobre las causas, síntomas y tratamientos de los trastornos de depresión, consulte nuestro diccionario de diagnósticos.

¿Cuáles son los signos de la depresión?

No todas las personas deprimidas experimentan cada uno de los síntomas. Algunas personas experimentan solo algunos síntomas, otras, casi todos. La gravedad de los síntomas varía entre personas y también con el tiempo.

La depresión a menudo implica un estado de ánimo triste, ansioso o de vacío persistente, sentimientos de desesperanza o pesimismo y sentimientos de culpa, inutilidad o impotencia. También puede implicar pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que alguna vez se disfrutaban, incluido el sexo. La disminución de energía, la fatiga o la sensación de estar “ralentizado” también son comunes, al igual que la inquietud, la irritabilidad y la dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones. Muchas personas con depresión tienen pensamientos de muerte o suicidio.

Las personas con depresión pueden experimentar alteraciones en el sueño (insomnio, despertar temprano por la mañana o dormir en exceso) y en el comportamiento alimentario (cambios de apetito, pérdida o aumento de peso).

Los síntomas físicos persistentes pueden incluir dolores de cabeza, trastornos digestivos y dolor crónico.

¿Qué causa la depresión?

 No se conoce una causa única de la depresión. Más bien, es probable que sea el resultado de una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos. Las experiencias negativas significativas (trauma, pérdida de un ser querido, una relación difícil o cualquier situación estresante que abrume la capacidad de sobrellevar la situación) pueden desencadenar un episodio depresivo. Pueden ocurrir episodios depresivos posteriores con o sin un desencadenante obvio.

La depresión no es una consecuencia inherente de los acontecimientos negativos de la vida. Cada vez más investigaciones sugieren que es solo cuando tales eventos pusieron en marcha las rumiaciones excesivas y patrones de pensamiento negativo, especialmente sobre uno mismo, que el estado de ánimo entra en una espiral descendente.

Investigaciones basadas en tecnologías de imágenes cerebrales, como la resonancia magnética (RM), muestran que los cerebros de las personas que padecen depresión se ven diferentes a los de las personas sin depresión. Las partes del cerebro responsables de regular el estado de ánimo, el pensamiento, el sueño, el apetito y el comportamiento parecen funcionar anormalmente. No está claro qué cambios observados en el cerebro pueden ser la causa de la depresión y cuáles el efecto.

Algunos tipos de depresión tienden a presentarse constantemente en las familias, lo que sugiere que puede haber cierta vulnerabilidad genética al trastorno.

¿Cómo se trata la depresión?

 La depresión, incluso en sus casos más graves, es un trastorno altamente tratable. Al igual que con muchas enfermedades, cuanto antes pueda comenzar el tratamiento, más eficaz será y mayor será la probabilidad de que se pueda prevenir la recurrencia.

El tratamiento adecuado para la depresión empieza con un examen físico realizado por un médico. Ciertos medicamentos, así como algunas condiciones médicas, como infecciones virales o un trastorno de la tiroides, pueden causar los mismos síntomas que la depresión y deben descartarse. El médico debe preguntar sobre el consumo de alcohol y drogas y si el paciente tiene pensamientos sobre la muerte o el suicidio.

Una vez diagnosticada, una persona con depresión puede ser tratada de diferentes maneras. Los tratamientos más comunes son la medicación y la psicoterapia. Muchos estudios muestran que la psicoterapia cognitivo-conductual es altamente eficaz, sola o en combinación con la terapia farmacológica.

La psicoterapia aborda los patrones de pensamiento que precipitan la depresión, y hay estudios que muestran que previene la recurrencia. La terapia farmacológica a menudo es útil para aliviar los síntomas, como la ansiedad grave, para que las personas puedan participar en psicoterapia significativa.

Variedades de depresión

 La depresión generalmente adopta una de dos formas principales. La depresión unipolar es a lo que la mayoría de la gente se refiere cuando habla de depresión: un estado incesante de tristeza, apatía o desesperanza y pérdida de energía. A veces se llama depresión mayor.

La depresión bipolar, o trastorno bipolar, es una condición marcada por períodos de depresión y períodos de manía de alta energía; la gente se balancea entre los dos polos de estados de ánimo, a veces en el transcurso de unos días, a veces a lo largo de años, a menudo con períodos estables en medio.

El nacimiento de un bebé puede desencadenar cambios de humor o episodios de llanto en los días o semanas posteriores, la llamada melancolía del bebé. Cuando la reacción es más grave y prolongada, se considera depresión posparto, una condición que requiere tratamiento porque puede interferir con la capacidad para cuidar del recién nacido.

La depresión también puede producirse estacionalmente, principalmente en los meses de invierno cuando la luz del sol es escasa. Conocido como trastorno afectivo estacional, o SAD (seasonal affective disorder), a menudo se puede aliviar mediante la exposición diaria a tipos específicos de luz artificial.

Suelen aparecer pensamientos suicidas con los episodios depresivos, motivo por el cual es Importante ser conscientes de las señales si usted o un ser amado experimenta cualquier alteración del estado de ánimo prolongada.

La depresión y su salud

 Todo el mundo experimenta un estado de ánimo de tristeza ocasionalmente. Sin embargo, la depresión clínica es una experiencia más generalizada de rumiación negativa repetitiva, perspectiva sombría y falta de energía. No es un signo de debilidad personal o una condición que desaparece con solo desearlo. Las personas con depresión no pueden simplemente “reponerse” y mejorar.

Las crecientes presiones de la vida moderna no ayudan. Está demasiado enfocada en obtener logros durante la temprana infancia a expensas de jugar libremente, un cambio cultural que va del contacto social directo, hacia la conexión electrónica, y de enfocarse en la riqueza material a expensas de experiencias enriquecedoras y contacto social. Todo esto desempeña un papel en la prevalencia de la depresión.

Vivir con depresión

 Todo el mundo experimenta un estado de ánimo de tristeza ocasionalmente. Sin embargo, la depresión clínica es una experiencia más generalizada de rumiación negativa repetitiva, perspectiva sombría y falta de energía. No es un signo de debilidad personal o una condición que desaparece con solo desearlo. Las personas con depresión no pueden simplemente “reponerse” y mejorar.

Las crecientes presiones de la vida moderna no ayudan. Está demasiado enfocada en obtener logros durante la temprana infancia a expensas de jugar libremente, un cambio cultural que va del contacto social directo, hacia la conexión electrónica, y de enfocarse en la riqueza material a expensas de experiencias enriquecedoras y contacto social. Todo esto desempeña un papel en la prevalencia de la depresión.

Sin embargo, hay algunas pruebas de que, a pesar de ser dolorosa, la depresión tiene un propósito positivo, dado que conlleva formas de pensar que obligan a aquellos que la padecen a centrarse en los problemas como antesala para resolverlos. En efecto, algunos investigadores hipotetizan que la depresión puede ayudar a empujar a una persona hacia una muy necesaria autoconsciencia.

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Una sesión de terapia es, un entrenamiento del cerebro. En ella se trabaja con el objetivo de modificar aquellos errores en el funcionamiento de la vida integral del usuario.

La terapia es una colaboración basado en la relación entre el consultante y el terapeuta. Como su base fundamental es el diálogo, proporciona un ambiente de apoyo que le permite al consultante hablar abiertamente con alguien objetivo, neutral e imparcial, quien no lo criticará, juzgara, regañara ni aconsejará, sino lo tomará de la mano para guiarlo a que el consultante se observe, escuche y conecte consigo mismo y logre encontrar las respuestas y a partir de ahí transformar su vida, su mente y sus emociones, hacia un futuro, sano, proactivo y consciente.

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